Por: Alicia Rodríguez Hernández
“Maguey: Plantita altiva cuyas
pencas cenizas, carnosas y
espinudas parecen querer
abrazar el cielo”.
German Pérez Cárdenas.
Al igual que el maíz y el nopal, el maguey es un símbolo que identifica nuestras raíces al estar inmerso en la memoria de las culturas que nos heredaron un sinfín de creencias, conocimientos y prácticas.
A todo al sistema de creencias o cosmovisiones se le llama cosmos, a todo el cúmulo de conocimientos individuales o colectivos y que se trata de un conocimiento no escrito se le conoce como corpus y, por último, al conjunto de prácticas productivas, incluyendo los diferentes usos que se le da al maguey se define como praxis[1].
La cultura náhuatl nos relata el origen del maguey a partir de los restos de la diosa Mayáhuel, una joven virgen, que al ser enterrados nace el árbol conocido como metl. Mayáhuel se relaciona con las deidades de la tierra y la fertilidad[2].
Mientras que en la cultura ñäñho, el maguey fue traído de tierras lejanas por el gavilán, lo cargaba en su lomo y lo aventó en los terrenos donde vivía el hombre. Con el tiempo descubrieron que a cierta edad del corazón del maguey brotada un líquido que al añejarse surgía una bebida deliciosa, espumosa y olorosa que hacía cantar, bailar, reír y llorar. Relatan que mientras los ñöñhos dormían por el efecto del pulque, el gavilán merodeaba las tierras de los hombres y bajaba en picada para llevarse a sus guajolotes[3].
Nombres que se le otorgan al maguey en diferentes culturas de México. De izquierda a derecha, huichol, mixteco, mazateco, mixe, seri, hñähñu, purépecha, zapoteco, maya, huasteco, huave y náhuatl. Diseño por Irvin A. Mendoza Hernández.
Del maguey se derivan más elementos del cosmos como el descubrimiento del aguamiel gracias al tierno y sediento tlacuache, o el origen de los colibríes y la similitud de sus picos a la puya del maguey.
Mi abuelito me platicó que el maguey crece bien en ambientes secos, como en Apaxco y hay muchas variedades, como el maguey blanco, cenizo, manso o pinto. En la región el maguey se utiliza para delimitar terrenos y milpas, mi familia dice que sostiene el suelo y que ayuda a la absorción de agua, y por lo tanto las tierras son más fértiles. Para cultivarlos se deshija al maguey maduro, esos brotes se plantan con las pencas centrales mirando al cielo.
De todos los magueyes brota un quiote pasado 8 o 12 años, eso significa que alcanzó su madurez. Pero la mayoría de las personas estaban atentas a que antes de que brotara el quiote, le quitaban las pencas centrales hasta llegar al corazón, pues al rasparlo, de él emana el aguamiel que se recolecta con el tlachique y se transportaba en barriles llamados castañas.
Cuando llovía a cantaros, después de los rayos y truenos, íbamos a juntar chinicuiles, pequeños gusanitos de color rojo que salían de la base del maguey. También me contó que entre las pencas viven otros gusanos de color blanco llamados meocuiles, pero no conviene buscarlos, porque al hacerlo se tendría que cortar las pencas del maguey.
En una ocasión fuimos por pencas de magueyes maduros para cubrir el horno de la barbacoa, me dijo que no me acercara y que no fuera a agarrar las pencas, pues podría enguisharme, sentí en carne propia que significa esa palabra; mi abuelito preparó lodo con tierra y agua para colocarme una cataplasma y así se me quitara la comezón e irritación de las manos.
Hablando de magueyes maduros, en las pencas de la base que ya estaban secas y en descomposición crecía el hongo de maguey en temporada de lluvia. Me cuentan los hermanos de mis abuelitos que en la actualidad este hongo ya no crece, debido a la escasez de magueyes en la región y a la falta de lluvia.
Alimento, bebida, fibras, materiales de construcción, artesanías son algunos de los usos que se le ha dado al maguey a lo largo de la historia. Verde o seco, tierno o maduro nos brinda múltiples beneficios por eso lo llamamos “el árbol de las maravillas”.
En Ecopil creemos que el maguey nos brinda los cuatro servicios ecosistémicos, por ello, impulsamos su conocimiento cultural y biológico, involucrándonos en festivales que preserven sus tradiciones, de igual manera compartiendo experiencias bioculturales con personas de comunidades que invitan a conocer su cosmos, corpus y praxis e integrando alianzas para nuestra campaña #AdoptaUnAgave.
El término puya hace referencia a la espina de la punta de la penca del maguey. En la imagen se observa la similitud que tiene con el pico del colibrí. Fotos por Alicia Rodríguez.
[1] Toledo,V.M y Alarcón Chaires,P. Kosmos, Corpus, Praxis. En: http://www.oikos.unam.mx/Etnoecologia/ [2] El mito del origen del maguey. En: https://arqueologiamexicana.mx/mexico-antiguo/el-mito-del-origen-del-maguey [3] Hekking, E y Núñez-López, R.A. (2018). Cosmovisión otomí. Una forma de mirar, sentir y contar el mundo. Fondo editorial de la Universidad Autónoma de Querétaro.
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